La Comisión de Salud se abocó a recibir los antecedentes del proyecto que busca instaurar un marco legal para promover y garantizar la salud mental en las instituciones de educación superior.
La iniciativa originada en una moción de la diputada Emilia Schneider (FA), tiene como principal objetivo equilibrar las responsabilidades académicas con el bienestar personal. Esto para asegura derechos específicos para los estudiantes que necesiten cuidados psicoemocionales.
La legisladora expuso ante la comisión alarmantes cifras sobre la salud mental de los estudiantes universitarios. Destacan entre ellas, que un 40% de los alumnos(as) consultados ha requerido asistencia psicológica o psiquiátrica. Además, un 25% ha recurrido a drogas para afrontar la carga académica, tal como lo señala un estudio realizado por la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile.
A su vez, en la Facultad de Derecho de la misma casa de estudios un 42% de estudiantes que respondieron una consulta reportó fantasías con la muerte. Además, un 35,2% reconoció pensamientos suicidas y un 4,7% intentos de suicidio, evidenciando la gravedad de esta situación.
Por esta razón, el presente proyecto busca enfrentar la crisis de salud mental en estudiantes mediante convivencia saludable, alfabetización socioemocional y atención psicológica confidencial. Propone infraestructura inclusiva y flexibilización académica para reprogramar evaluaciones en casos particulares.
La diputada Schneider dijo que entre los desafíos pendientes, está la necesidad de fortalecer los equipos de salud mental en las universidades. Pero, además, evitar la suspensión de beneficios estudiantiles y establecer semanas de receso y días de gracia previos a evaluaciones. Asimismo, subrayó la importancia de la colaboración con la subsecretaria de Salud Pública, Andrea Albaglia, para garantizar que el proyecto se alinee con el plan de salud mental integral vigente.
Además, destacó el rol de la Comisión de Salud, que puede presentar indicaciones al texto ya aprobado por la comisión de Educación.
Discusión parlamentaria:
El diputado Daniel Lilayu (UDI) elogió la iniciativa, destacando la relevancia de diferenciar entre estrés moderado, que puede ser positivo, y estrés crónico, que genera graves problemas de salud. Propuso, además, implementar un sistema de medición para identificar a los estudiantes más vulnerables al estrés académico.
El diputado Hernán Palma (IND) recordó casos trágicos relacionados con la salud mental en universidades chilenas. Subrayó la importancia de este tipo de iniciativas en carreras de alta exigencia.
La diputada Ana María Gazmuri (AH) agradeció el proyecto. Destacó su enfoque integral, afirmando que aborda el estrés crónico desde una perspectiva amplia y bien fundamentada.
Por otro lado, el diputado Enrique Lee (IND) advirtió respecto a la sobre legislación en algunos temas. Aunque, reconoció que este proyecto responde a una carencia específica en las políticas nacionales.
Finalmente, el diputado Agustín Romero (PREP) expresó preocupaciones respecto a la autonomía universitaria y los posibles fraudes en la implementación de las medidas, como la presentación de licencias médicas falsas. Aun así, coincidió en la importancia de abordar la crisis de salud mental en las universidades.
En su intervención final, la diputada Schneider respondió a las inquietudes planteadas. Aclaró que el proyecto respeta plenamente la autonomía universitaria, limitándose a establecer normas mínimas de aplicación general. También destacó que el proyecto diferencia cuidadosamente entre estrés y problemas de salud mental, exigiendo diagnósticos específicos para implementar planes personalizados.
La parlamentaria coincidió con el diputado Lee respecto a la sobre legislación de ciertos temas. Pero, defendió la unicidad del proyecto, al ser el primero en abordar la salud mental en educación superior. Aclaró que complementa el plan de salud mental integral, limitado a educación básica y media, y destacó que busca establecer un marco permanente, frente a las normativas de menor rango sin continuidad.